sábado, 17 de enero de 2015

VICTIMOLOGIA




VICTIMOLOGIA

Es el estudio científico de las Víctimas del delito y tiene por objeto conocer los rasgos, características, comportamiento y conducta de la víctima para relacionarlo con el delito. Es decir estudiar en que medida la víctima ha contribuido, consciente o inconscientemente, en la comisión de un delito.

La Finalidad de la victimología es lograr que haya menos víctimas en todos los sectores  de la sociedad: “Ya que el hombre representa la fuerza creadora de la sociedad, la reducción del número de víctimas contribuirá al progreso social”. Para comprender lo que es una víctima es necesario realizar un  Estudio Físico,  Estudio Psíquico  y un Estudio Social de la víctima y su relación con el delito. Es decir establecer de manera científica, las leyes que rigen los procesos de victimización, los factores personales y sociales.


DEFINICION DE VICTIMA: Existen muchas formas de definir a la Víctima, entre ellas tenemos:

Definición  Etimológica:      

1  Vincire (lat): animales que se sacrificaban a los dioses
1  Vincere (lat): sujeto vencido de allí derivan los vocablos Victim (Ing.), Victime (fr), Vittima (it).

Definición Conceptual: Persona que sufre un perjuicio.

Definición Operacional (victimológico): Es el ser humano que padece daño en los bienes jurídicamente protegidos: vida, salud, propiedad, honor, honestidad, etc., por hechos de otra  persona.


CARACTERISTICAS  DE LA VICTIMA:

1  La víctima  puede constituirse en el factor desencadenante del delito.
1  La Víctima: puede asumir  un rol de “pareja” o colaborador con el delito.
1  El sujeto pasivo: muerto, vencido, humillado, patrimonial, físico o moralmente, no es siempre (ni mucho menos) sinónimo de inocencia.
1  “Si cualquier individuo puede cometer un delito, cualquiera también puede llegar a ser víctima”.
1  No todas las personas en igual situación llegan a ser santos, víctimas o delincuentes.



BREVE RESEÑA HISTORICA:

1  Benjamín Mendelson, utiliza por primera vez el término VICTIMOLOGIA, al dictar una conferencia en la Sociedad de Psiquiatría de Bucarest, Hungría, el 29 de marzo de 1947.
1  Hans Von Henting (1948): realiza una clasificación de las víctimas.
1  Karl  A. Meninger: escribe el Hombre contra sí mismo  1952.
1  José Rafael Mendoza (1953): La importancia de la Víctima en relación con los delitos por Imprudencia culposa del Automovilismo.
1  Ellemberg: (1954) Relaciones Psicológicas entre el criminal y su víctima.
1  Paul Cornil (1958/59) contribución de la Victimología a las ciencias Criminológicas.
1  Luis Jiménez de Asúa (1958): Presenta su tipología
1  El  Primer Simposio de Victimología se llevó a cabo en  Jerusalén (Israel) del 02 al 06 de  septiembre de 1973 y se han realizado varios Simposios, siempre con un intervalo de tres años.
1  Organización de la Sociedad mundial de Victimología en 1979 (Münter)


LA PAREJA DELINCUENTE: “Existe mutuo y pleno consenso en la armonía delictiva en que dos personas (instigador e instigado) realizan un delito, los dos están de acuerdo.


LA PAREJA PENAL: No es armónica sino contrapuesta. Suele comenzar siendo armónica (Vg. la estafa) pero lo que interesa al delincuente fundamentalmente es causar, al final, esa desarmonía que determina  y destaca los roles a que están destinados en el acto delictual: victimario y víctima


UBICACION CIENTÍFICA: Benjamín Mendelson la considera como una ciencia autónoma, otros  consideran que se trata de una rama integrativa o auxiliar de la Criminología.
VICTIMIZACIÓN:

Se puede hablar de víctimas abarcando al grupo de personas afectadas por catástrofes naturales, sociales y criminales, en este espacio se reservará la reflexión sólo en torno a las personas que se ven afectadas por el delito. Los autores tradicionalmente han propuesto tres clases de Victimización:

1  PRIMARIA: La padecida por la persona blanco del delito. Ej. Quien es secuestrado.

1  SECUNDARIA: La causada por la inadecuada intervención del estado. Ej. La víctima de agresión sexual que sin fundamento es cuestionada y puesta en duda su declaración.

1  TERCIARIA: La padecida por la persona ante la falta de asistencia por parte del estado. Ej. Los niños desplazados por la violencia que carecen de tratamiento psicológico y de asistencia social.

Algunos estudiosos consideran que existen otros niveles de Victimización que merecen ser estudiados.

1  CUARTO NIVEL: La padecida indirectamente por las personas que rodean a quien fue blanco del delito. Ej. El esposo y los hijos de la víctima de violación que también se ven afectados por el suceso.

1  QUINTO NIVEL: La padecida por los profesionales que trabajan para la administración de justicia. Ej. El estrés generado al Médico Legista al tener que realizar Reconocimientos Médico Legales de delitos aberrantes.


TIPOLOGIAS DE LAS VICTIMAS


I.- CLASIFICACIÓN DE LAS VÍCTIMAS SEGÚN BENJAMIN MENDELSHON


Para Mendelshon la víctima puede ser tan culpable como el criminal en el hecho delictivo. Esta relación entre criminal y víctima se establece claramente, según advier­te, al estudiar motivación y reacción en la "pareja penal", lo que daría lugar a la repartición similar de responsabi­lidades penales. Dependerá del examen de cada caso concreto la determinación de esta circunstancia.

Establece un esquema gráfico de dos polos apuestos, que determina uno con 0 de culpabilidad y 'el otro con 100. Explica que la víctima que no es responsable crimi­nológica ni penalmente estaría situada en el 0 y el crimi­nal, obviamente, en los 100 grados. Sostiene que en la relación de la "pareja penal" es común encontrar que la posición del criminal y la víctima no se encuentran en polos opuestos sino en posiciones intermedias. Basándose en este tipo de esquemas y según sean las relaciones en­tre ellos, elabora diversas categorías de víctimas:

a)        La víctima enteramente inocente o víctima ideal. Es la que se suele denominar víctima anónima que nada ha hecho o nada ha aportado para desencadenar la situación criminal por la que se ve damnificada. Es totalmente ajena a la actividad del criminal: el caso de la mu­jer a la cual el delincuente le arrebata un bolso que lleva consigo. Al delincuente le da lo mismo que sea ella u otra. Le interesa sólo el bolso y su contenido.

b)        La víctima de culpabilidad menor o por ignorancia. En este caso se da un cierto impulso no voluntario al delito. Pero el sujeto por cierto grado de culpa o por me­dio de un acto poco reflexivo causa su propia victimación. Es el caso de la pareja de enamorados que mantiene relaciones sexuales al aire libre o en un sitio no muy oculto de las miradas o de la posibilidad de ser advertidos. Son atacados por una pandilla y sucede la violación de la mu­chacha y la muerte del joven amante.

c)        La víctima es tan culpable como el infractor (víctima voluntaria).

ü  Los que cometen suicidio tirándolo a la suerte.
ü  El suicidio por adhesión.
ü  El caso de eutanasia en que la víctima sufre de una enfermedad incurable (o ha tenido un accidente gra­vísimo aislado de toda posibilidad médica) y no pudiendo soportar los dolores implora que se le ayude a morir. Aduce Mendelshon que en estos casos la víctima es tan o más responsable que el autor.

Siempre debería despuntar un análisis lógico crítico de los hechos. Supóngase un médico que progresivamen­te va señalando a su paciente que no tiene remedio y que por lo tanto no le queda otra posibilidad que morir, hasta que el enfermo le solicita la inyección letal. En este caso cabría una clara instigación y ya no se trataría de la víctima suplicadora que por su propia voluntad y ante sus crueles padecimientos, solicita desesperadamente la muer­te. Para graduar certeramente la actividad del agredido en la ocasión, es imprescindible efectuar una investiga­ción .previa y determinar frente a qué tipo de pareja situarnos.

Enrico Ferri, en el prólogo de El suicidio, decía que: "El que da muerte a otro con su consentimiento no es jurí­dicamente responsable si ha sido determinado a la acción no sólo por el consentimiento de la víctima sino por un motivo moral, social y legítimo; en cambio, será jurídica­mente responsable si ese motivo en su acción es inmoral, antisocial y antijurídico". Esta observación conduce dere­chamente al problema de la legitimidad de la eutanasia. Dependerá de la postura que se adopte respecto del con­sentimiento de la víctima y si ésta ha sido la determinante de la acción y si puede ser (o llegar a ser) causa de jus­tificación para el autor.

Quedaría también la tesis moral de justificación de este homicidio según la apreciación que de la moral se tenga en una estructura social dada. Existe al respecto un precepto claro dentro de las sociedades occidentales ate­nidas al principio "no matarás". Será .preciso recordar este precepto cuando el Estado aplica la pena de muerte, que es un asesinato frío, legal, en día y hora determinada, y que evidentemente no ayuda a "bien morir" a nadie...

ü  La pareja criminal. Se trata del íncubo y el súcu­bo que intentan el suicidio y que ya ha sido tratado en otro parágrafo.

d)        La víctima más culpable que el infractor. Para Mendelshon los casos serían los siguientes:

ü  La víctima provocadora. Es aquella que por su conducta incita al autor a cometer ilicitud penal. Este tipo de víctima desarrolla un papel notable en la criminodinamia desde la génesis delictual, ya que tal incitación crea y favorece la explosión previa a la descarga que-significa el crimen. El caso más común se da en los homicidios pa­sionales, sobre todo en las celotipias cuando, por ejem­plo, la mujer sabiendo que el marido es extremadamente celoso lo provoca, lo azuza con su conducta inconsciente a punto que produce la descarga que culmina en su muerte.
ü  La víctima por imprudencia. Es la que determina el accidente por falta de control. Quien deja el automóvil mal cerrado o con las llaves puestas da la impresión de que estuviera llamando al ladrón...

e)        La víctima más culpable o únicamente culpable. Aquí Mendelshon efectúa una subclasificación:

ü  La víctima-infractor. Se trata del sujeto que, co­metiendo la infracción, resulta finalmente víctima. Es el caso del culpable de homicidio por legítima defensa.
ü  La víctima-simulante. Quien acusa y logra imputar penalmente con el deseo concreto de que la justicia cometa un error.
ü  La víctima-imaginaria. Se trata por lo general de individuos con serias psicopatías de carácter y conducta. Es el caso del paranoico reivindicados; querulante; per­seguido-perseguidor; interpretativo histérico; mitómano; demente senil; del niño púber (sobre todo las jovencitas). En estos casos no existe la víctima en el sentido exacto del término porque simplemente no ha habido infracción. Sólo sirve para señalar a un autor imaginario ante la justicia pe­nal y habrá que evitar que se cometan errores judiciales contra un inocente.

En el proceso se debe seguir y perseguir al presunto damnificado o víctima, teniendo muy en mira que pueda resultar finalmente el cabal responsable del hecho. Menciona los casos de la muchachita histérica que induce a error a sus padres y, por ende, a la justicia, ya que éstos denuncian a una persona por violación que resulta detenida y procesada- siendo que el delito nunca había ocurrido. Mendelshon concluye calificando a las víctimas des­de el punto de vista represivo en:

1er. grupo:                  La víctima inocente.
                                   En este caso le será aplicada al infractor la totalidad de la pena o                          integral, sin ninguna disminución, debido a que la víctima no ha tenido                                    ningún rol.

2do. grupo:                 La víctima provocadora.
                                   La víctima por imprudencia.
                                   La víctima voluntaria.
                                   La víctima por ignorancia.

Estas víctimas han colaborado en la acción nociva y existe una culpabilidad recíproca, por lo cual la pena de­be ser menor para el victimario.

3er. grupo:                  La víctima agresora.
                                   La víctima simuladora.
                                   La víctima imaginaria.

En estos casos son las víctimas las que cometen por sí la acción nociva y el inculpado debe ser excluido de toda pena.

Una primera crítica a esta última subclasificación es que el investigador israelí incurre en una generalización determinista. No se puede calificar la penalidad o la san­ción a priori. En materia penal siempre se está frente a situaciones singulares. No son partidas de ajedrez que hasta cierto número de jugadas se conocen de antemano. El hombre y sus actos merecen siempre el interrogante, el asombro y, al fin, la comprensión. Que la víctima tenga una actitud concreta provocadora y coadyuvante no im­plica ignorar o desconocer la personalidad del autor del suceso penal. Esta calificación no se puede hacer de an­temano según sea la acción y participación de la víctima.

El delincuente es importante y es posible que sucum­ba a la seducción de la víctima colaboradora cuando el sujeto demuestra ser de una u otra forma socialmente pe­ligroso. Es decir, bien pudo cometer el crimen sin la cola­boración de la víctima que, en el caso, pasaría a ser acci­dental. Se trata de una cuestión circunstancial a tener muy en cuenta por el juzgador.

Sin desconocer que la víctima juegue decisivamente, entre otras circunstancias, la convicción la dará el decurso de la concreta producción de los hechos y sus motivacio­nes. Esta elucidación permitirá graduar (no de la mane­ra taxativa como lo hace Mendelshon) de una forma mucho más controlada y ajustar la pena que en definitiva deberá recaer.


II.- CLASIFICACION DE LAS VICTIMAS SEGÚN JIMÉNEZ DE ASUA:

Luis Jiménez de Asúa ensaya una nueva clasifi­cación y ubica a las víctimas en dos categorías sustan­ciales: indiferentes y determinadas. Juega un papel importante en esta calificación el plano y la óptica en el que se mueve el delincuente. Dice: "Pensemos, por ejemplo, en el que sale a la calle con el objeto de atracar a cualquiera, al primer transeúnte. Para él la víctima es indiferente: sea hombre o mujer, no le interesa ni su nombre ni su condición, lo único que le importa es apoderarse de lo que lleva en el bolsillo, con el grito que se hizo fa­moso en España de «la bolsa o la vida». Pero, en cambio, otras veces la víctima no es indiferente. Al hombre que mata a la mujer que le ha sido infiel, no le da igual matarla a ella que matar a otra mujer; tiene que ser deter­minada, concreta, esa mujer, en el crimen pasional".

Más que una clasificación se trata de una sistema­tización de tipo genérico y escueto atractivo. Propone una nueva categorización entre las víctimas determinadas a las que divide en resistentes y coadyuvantes, ya que ad­vierte terminantemente que las víctimas anónimas o indefi­nidas no tienen mayor interés para la victimología.

Pone como ejemplo concreto de víctima resistente a quien ante un ataque con un cuchillo o un revólver, se defiende de tal manera que pueda llegar a matar en le­gítima defensa. En cambio, quien envenena a otro suele pensar que la víctima será capaz de resistir y, por lo tanto, supone que el intento puede quedar desbaratado y mata no dando oportunidad de defensa.

Lo que acontece con los atentados contra la vida y la integridad corporal, acaece también en los delitos con­tra la propiedad. Al arrancarle un reloj a una persona se le obliga a que lo entregue mediante intimidación, lo que constituye el robo clásico. El medio empleado puede ser también extorsivo y, otras veces, se emplea el ardid o en­gaño. Señalaba que lo mismo acontece en los delitos con­tra la honestidad.

Expresa Jiménez de Asúa: "Podemos poseer a la mujer de modo violento, intimidándola, lo que implica violación, o bien engañándola con la promesa de matrimonio, lo que implica estupro. En el fondo se trata de víctimas resistentes de modo expreso o presunto". Indu­dablemente para la victimología, las víctimas más importantes, dentro de los delitos convencionales, son las coadyuvantes. En este rubro están comprendidas aquellas que participan del tiranicidio, los homicidios "justicieros”, los homicidios pasionales, el duelo, la riña, el suicidio, el rapto (incluso el consentido), los delitos sexuales, las muertes y lesiones en accidentes causados por otros y, fundamentalmente, en aquellos contra la propiedad, la estafa.

III.- CLASIFICACION DE LAS VICTIMAS SEGÚN ABDEL EZZAT FATTAH

El investigador hindú Fattah efectúa una clasifica­ción de las víctimas en la que, si bien se ciñe a conceptos extraídos de von Hentig y Mendelshon, presenta ciertas originalidades:

A)      Víctima provocadora. Es la que desempeña un rol decisivo desde el punto de vista etiológico porque incita al delincuente a cometer la infracción. Describe dos tipos: el pasivo y el activo.

ü  El tipo pasivo (provocación indirecta). Es el in­dividuo que por su negligencia o imprudencia favorece la situación propicia del crimen, incitando indirectamente al delincuente a accionar. Los ejemplos clásicos son el del automovilista que deja sin cerrar correctamente su auto­móvil en la vía pública o con las llaves puestas en su inte­rior. O el del comerciante que expone la mercadería de manera atrayente pero muy al "alcance" de los clientes y sin vigilancia ostensible, tal como ocurre en ciertos supermercados.
ü  El tipo activo (provocación directa). Este tipo de víctima desempeña un rol más concreto, relevante en la descarga del crimen. Existen dos variedades:

¯  La víctima consciente es la que incita a la acción como agente provocador o promotor. Desea el acto delic­tuoso y hace todo 1o que puede y está a su alcance para que se produzca: toma la iniciativa, solicita, exige la intervención. "Se encuentra a menudo a esta víctima insti­gadora, rogante o solicitante en ciertos casos de homici­dios deseados; de los menores que incitan al agente a violar las leyes destinadas a su protección; o el de indivi­duos incitando a alguien para que lo mutile a fin de sal­varse del servicio militar; o el del aborto practicado sobre la víctima a su pedido. Esa categoría de víctima -dice Fattah- es entonces casi identificable con el malhechor como su cómplice".

¯  La víctima no consciente que provoca la acción. En estos casos la víctima, al contrario de lo señalado en el tipo anterior, no incita al acto pero lo provoca con sus reacciones conscientes o inconscientes. Las variedades principales son:

·         La víctima del acto cometido por el otro en esta­do de legítima defensa. Ha provocado con su agresión el ataque que se emprendió contra ella y que pueden deter­minar su muerte.
·         La víctima "precipitarte". Este término señala a la persona que ha provocado el acto cometido en su contra, sea recurriendo a la fuerza física o mostrando un ar­ma, por ejemplo.
·         La víctima que por actos injustos o bien por in­sultos ha hecho perder al victimario su sangre fría y lo ha incitado al atentado en su contra.

B)      Víctima participante. Si bien la víctima provocadora desempeña un papel preponderante en la génesis del crimen, la participante se sitúa generalmente en la fase de la misma ejecución. Su participación puede consistir en una actitud pasiva, que facilita la ejecución del crimen, o en una forma activa. Describe los siguientes casos:

ü  El tipo pasivo: Se caracteriza por su actitud fa­vorable a la realización del crimen. Pasividad que puede tomar diversas formas

Simple deseo de que el acto sea cometido.
Consentimiento: por persuasión; por ignorancia de la naturaleza del acto a causa de la edad joven; por defi­ciencia mental.
Sumisión, resignación.
Complicidad.
Indiferencia, indolencia, apatía, letargo.

Todas estas actitudes son favorables a la ejecución del crimen, sin alcanzar empero la deliberación que im­plica el consentimiento.

ü  El tipo activo: Aquí la víctima trae una partici­pación directa en la infracción. Señala los siguientes casos: la víctima contribuyente; la víctima cooperadora; la víctima colaboradora; la víctima coadyuvante.

Explica Fattah que la víctima puede ser sucesivamen­te provocadora (instigadora o suplicadora) en la fase de descarga y participante en la fase de ejecución, constitu­yendo en tal modo un tipo mixto. En estos casos desem­peña un rol activo en el cometido de la infracción penal, ya sea que actúe conjuntamente con el culpable (la menor consciente en los casos de rapto o violación) o que preste una ayuda o asistencia cualquiera al autor.

IV.- CLASIFICACION DE LAS VICTIMAS SEGÚN HILDA MARCHIORI

DeLtrabajo de Hilda Marchiori, extrai­go una sistematización interesante referida fundamental­mente a la relación autor-víctima del delito, en que se analizan los mecanismos psicológicos de las circunstancias del encuentro entre ambos:
a)      víctimas pertenecientes al mismo grupo familiar del autor del delito;
b)      víctima cono­cida;
c)      víctima desconocida.

En cuanto al primer grupo, señala el maltrato a me­nores, homicidios por celos, alcoholismo, incesto y un gran número de delitos que no son denunciados, como le­siones e impudicicias con menores. "Hay niños que desde los primeros meses de vida y en algunos casos desde los primeros días, son víctimas de maltrato, torturas, castigos generalmente ocasionados por los padres o familiares del menor. Niños abandonados y menores drogadictos que llegan a esta situación de de­lincuencia por la carencia de cuidados maternales y de la patología del núcleo familiar".

Menores explotados por sus padres en el plano la­boral, que son estimulados a robar para asistir económi­camente a la familia. Son víctimas que muy probablemen­te se conviertan en futuros delincuentes.

En el homicidio por la "identificación emocional" (celos), el agredido mantiene una relación sado-maso­quista con el autor. Se observa que los celos entre la pareja conducen inexorablemente a la autodestrucción. Y en el homicidio que se produce en el grupo familiar tras la ingesta de alcohol, éste actúa como desinhibidor de la agre­sión ya que generalmente existe una dinámica interna de tipo persecutorio en el autor del delito.

En el caso de la víctima conocida para el autor, se dan diversas circunstancias: cercanía domiciliaria, de tra­bajo, etc., que permiten conocer la situación y costumbres de la víctima, para cometer delitos de robo, sexuales, ho­micidios por venganza, entre otros. En los supuestos de víctima desconocida para el autor, casi siempre existe una visualización previa de cier­tas circunstancias, que también se refieren al lugar de ocurrencia de la agresión, como en el caso de las pandillas que hacen víctimas de delitos sexuales o el caso del ex­hibicionista que efectúa una rápida selección de su víc­tima impresionable frente a su conducta patológica. Muchas prostitutas, por el simple hecho de ejercer tal co­mercio, están propensas a ser víctimas de delitos de robo, lesiones y, acaso, homicidio.

V.- CLASIFICACION DE LAS VICTIMAS SEGÚN ELIAS NEUMAN

VÍCTIMAS INDIVIDUALES, FAMILIARES, COLECTIVAS Y SOCIALES

No resulta fácil asir el número, calidad y covariantes de las víctimas individuales, bidimensionales y colectivas o comunitarias en los tiempos que corren. No en todos los casos se advierte activamente el mecanismo interaccional entre los principales actores del delito. De ahí que con respecto a los delitos convencionales parece muy poco lo que se pudiera agregar. Por lo demás, ya se ha desandado un cuarto de siglo desde que Mendelshon hablara de la pareja penal y diera pie a su clasificación que otros auto­res han retomado con ligeras variaciones. En ese lapso se ha amplificado, paralelamente, la cantidad de delitos no convencionales, y la celebérrima "pareja penal", como ya he dicho, no puede celebrar ningún connubio, desde que pocos victimizan a muchos, sin siquiera conocerse, aunque se sabe que la víctima siempre está allí...

Recogiendo esas experiencias pretendo esbozar una clasificación más moderna y dinámica, cuya característica esencial estriba en que no es -ni podría ser exhaustiva. Divido a las víctimas en: a) individuales; b) fami­liares; c) colectivas; d) sociales (o del sistema social).



Individuales
Sin actitud victimal
1  Inocentes
1  Resistente
Con actitud victimal culposa
1  Provocadoras (legitima defensa).
1  Provocadoras genéricas.
1  Cooperadoras o coadyuvantes.
1  Solicitantes o rogantes (mutilación, eutanasia).
Con actitud victimal dolosa
1  Por propia determinación (suicidio).
1  Delincuentes (ciertos timos en la estafa).
Familiares
1  Niños golpeados y explotados económicamente (traba­jo, instigación a robar).
1  Mujeres maltratadas.
1  Delitos del ámbito conyugal (violación, incesto).

Los delitos de índole familiar escasamente llegan a conocimiento de la justicia y tal vez constituyan -dentro de los delitos convencionales- los que engrosan de ma­nera más elocuente la llamada "cifra negra". Incluyo a los menores golpeados, que constituye un hecho reiterado en estos tiempos, porque se trata de una forma de victimización que engendra grandes resentimientos y desequi­librios emocionales que conducen frecuentemente a la delincuencia.

Colectivas
La comunidad como Nación
1  Alta traición.
1  Rebelión.
1  Sedición.
1  Levantamientos.
1  Toda otra forma de conspiración para derrocar un gobierno legítimamente establecido.
La comunidad social
1  Terrorismo subversivo.
1  Genocidio. Etnocidio
1  Delitos de "cuello blanco cometidos por particulares (fraude bancario, financiero).
1  Polución de la atmósfera, la tierra y las aguas.
1  Falsificación de medicamentos. Falsificación de alimentos.
1  Tráfico internacional de drogas.
1  Compra fraudulenta de armas de guerra.
1  Abuso de poder gubernamental.
1  Terrorismo de Estado.
1  Abuso de poder económico estatal.
1  Evasión fraudulenta de capitales por funcionarios.
1  Ocultación de "beneficios" por funcionarios.
1  Monopolios ilegales.
1  Especulaciones ilegítimas desde el poder (con motivo de conocimiento de desvalorizaciones monetarias, por ejemplo).
1  Fraudes con planos urbanísticos.
1  Persecuciones políticas a disidentes de todo tipo.
1  Censura y uso abusivo de medios de comunicación.
Determinados grupos
comu­nitarios por medio del
sis­tema penal
1  Leyes que crean delincuentes (drogadictos. usuarios, tenedores).
1  Menores con conductas antisociales.
1  Detenidos en sede policial (vejaciones, tratamiento cruel, tortura).
1  Inexistencia de asistencia jurídica.
1  Exceso de detenciones preventivas.
1  Prisiones de máxima seguridad, promiscuas, que sólo atienden al de­pósito.
1  Inoperancia en la reinserción social de liberados (definitivos o condi­cionales).
1  Dificultades para el resarcimiento económico de las víctimas.
Víctimas de la sociedad o del sistema social
1  Niños material o moralmente abandonados.
1  Enfermos.
1  Minusválidos.
1  Locos.
1  Ancianos.
1  Sumergidos sociales.
1  Minorías étnicas, raciales y religiosas.
1  Homosexuales.
1  Algunos casos de accidentes de trabajo.

Esta última categorización referida a las víctimas so­ciales se incluye por sus posibilidades ciertas -debido a su propia debilidad y falta de asistencia- para constituir­se en víctimas de delitos. Y -en ciertos casos devenir delincuentes.

VII.- EJEMPLOS DE VICTIMAS

1.- LA "VÍCTIMA NATA": CRISTO COMO VÍCTIMA

Algunos autores, como una suerte de especulación asistemática e hipotética, señalan la existencia de víctimas que tienen una inclinación natural a serlo. Una tenden­cia de raíces biológicas, tal vez metabólicas, un destino, en fin, que las lleva naturalmente a sufrir reiteradas tro­pelías y delitos en su contra. Recuerdan un tanto a una película cinematográfica francesa que se conoció en la .Argentina con el nombre de "Mala pata", donde el protagonista iba sufriendo varias veces al día debacles y agresiones, algunas delitógenas, sin solución de con­tinuidad.

Se ha querido avalar con bases estadísticas este tipo de situaciones. Se habla también de familias que tienen una tendencia o predisposición especial a transformarse en víctimas. El ejemplo que le he escuchado al profesor Drapkin es el de los Kennedy. Como se recordará, John Kennedy fue asesinado siendo presidente de los Estados Unidos. Lo mismo ocurrió con su hermano Robert, can­didato a la presidencia; otro hermano pereció en un accidente de aviación; Edward Kennedy también sufrió en su momento un accidente de aviación y cayó en un ba­rranco en otro accidente automovilístico; a un hijo de Edward debió amputársele una pierna, y a un hijo de Robert se lo acaba de hallar muerto por la ingestión de una sobredosis de droga.

En fin, una cantidad nada común de casos y circunstancias que hace que esta familia pueda ser considerada con una suerte de inclinación genética a la victimización. Debe tratarse de una inescrutable labili­dad, como dicen en el interior del país, un "mal de ojo" que recae sobre toda la familia Kennedy proclive a una cantidad de hechos victimizantes.

El profesor belga Severín Versele señala: "El liga­men psicológico de la pareja criminal reviste las formas más diversas, desde la provocación directa al delito por parte de la víctima hasta la desconcertante constatación de que existen víctimas predestinadas, que circunstancias par­ticulares parecen impulsar a devenir víctimas por vía de algunos factores psicológicos y sociales"; y agrega segui­damente: "A nosotros nos parece que existen sujetos predispuestos a ser víctimas, como existen sujetos de escasa resistencia que permiten a los microbios invadir fácilmente un terreno favorable predispuesto. La víctima nata parece ser una realidad viviente cuya aptitud específica a ser víctima se explica con particularidades biopsi-cológicas y psicosociales, estas últimas siendo tal vez el resultado de aquéllas"

En nuestro país se ha dado el caso de comercios que han sido asaltados varias veces incluso en un mismo año. El diario "Clarín", en su edición del 1° de noviembre de 1983 trae un sugestivo título: "Asaltó cinco veces a un repartidor de soda y narra cómo un mismo delincuente, "pirata del asfalto", en cinco oportunidades sucesivas, entre mayo de 1982 y octubre de 1983, asaltó durante su recorrido al mismo camionero que repartía sifones de so­da a domicilio. Así como Lombroso pretendió precisar y describir al "delincuente nato", se trata de remedarlo a través de la posible existencia de la "víctima nata".

No es novedad que la criminología clínica ha dejado de lado esa teoría y su investigación, aunque hace pocos años se reavivó la idea, frente al presunto descubrimien­to en personalidades criminales de variantes en sus cro­mosomas. La búsqueda de este tipo particular de crimi­nalidad, de esa variedad antropológica y biológica, ha cesado prácticamente. Los criminales están entre nosotros y se nos parecen cada día más... Inútiles las probetas y las distancias asépticas. Similares razones u otras pare­cidas atañen a la cautela con que se debe acoger el con­cepto de "víctima nata". Podrá hablarse en el mejor de los casos de "víctima latente" considerando diferencias de actitud para constituirse ciertas personas en víctimas. Ésa es una realidad constatable, según datos experimen­tales.

De ahí que Aniyar de Castro señala: "ha­blar de víctima nata sería un anacronismo doctrinal, puesto que ni siquiera de los sujetos subnormales, los más representativos, podemos asegurar que sean arrastrados por fuerzas inescrutables a convertirse en víctimas. Así como todos los subnormales no son a fortiori criminales". El concepto puede  conducirnos a los excesos de una caza de brujas" ya que la palabra predestinación es un vocablo cuya semántica resulta cargada de un sentido de magia o de religión. Agrega la autora venezolana:"Tal vez la única víctima nata que podamos concebir sea Cris­to, nacido para morir asesinado, que psicológicamente estaba determinado a autorrealizar la muerte que lo justifica".

Sócrates, que fue un innovador en Atenas para su tiempo, terminó aceptando la necesidad de su muerte y desechando los ruegos de sus discípulos Platón y Jeno­fonte para que se exiliase. El caso de Cristo, dejando de lado dogmas y puestos en la Tierra, se le parece en cuan­to refleja la incomprensión a un visionario a quien, ni su época ni los jueces de ésta, pudieron, quisieron o supie­ron entender.

Desentrañar el sentido de esa vida y si esa muerte era predeterminada excede los parámetros de la victimología aunque, con la mira interpretativa actual, puede hablarse con la debida cautela de una víctima coadyuvante por su altiva y reiterada actitud de testimo­nio ante sus jueces, aun sabiendo que éstos podrían con­denarlo a morir (¿búsqueda inconsciente de su fin?). Y coadyuvante en su sentido poco convencional: buscó ser comprendido hasta el último momento. En su actitud se plantea la comprensión y el amor entre los hombres. La de sus jueces es exactamente opuesta en plano a esa comprensión que se les reclama.



No advierto factores predisponentes ni aun en la aceptación de la propia muerte y el perdón a sus ofenso­res para definir, en los términos difusos con que lo hacen los victimólogos a esta víctima, como "nata". Habrá que estudiar la existencia de factores subyacentes que predis­pusieron a la elección de Cristo como víctima sin olvidar que la víctima nunca se da sola o al acaso. A su costado o a su frente siempre se encuentra el victimario.

Desde otro ángulo, resulta Cristo una de las escasas víctimas que perdona a sus asesinos intelectuales y ma­teriales. Actitud en la que seguramente se inspirara Juan Pablo II cuando visitó en la cárcel de Rebibbia, a fines de diciembre de 1983, a quien atentara contra su vida dos años antes, Mehemet Ali Agca, para ratificarle su perdón y de quien, según expresara, , recogió expresiones de arrepentimiento.


2.- VÍCTIMAS A PESAR DE SÍ MISMAS: LOS SUMERGIDOS SOCIALES

Existen víctimas a pesar de ellas con predisposición latente a convertirse en victimarios. Son los sumergidos sociales, los desposeídos, las familias hambreadas que viven en habitáculos misérrimos de latas y madera o ma­teriales prensados, sin posibilidades de asistencia ni ac­ceso a los medicamentos cuando son necesarios, acarrean­do agua desde allí donde ella se encuentre para las nece­sidades higiénicas. De espalda a toda expresión de instrucción y cultura. Desconocen al autor o autores con­cretamente responsables de su victimización. No les ofrece un rostro. Pero son muchos los que han convali­dado tanta monstruosidad y creen que estos sumergidos sociales, subculturalizados, están así porque lo son por "derecho natural" o porque les gusta.

Esa violación consecuente de sus Derechos Humanos y la situación a las que se los ha arrojado, los convierte forzadamente en víctimas de un sistema social. Y quienes nacen en esas pocilgas y allí desarrollan sus vidas están más cerca de la victimización nata que aquellos inducidos por esotéricos determinismos.

Hay en estos casos una indiscutible facilidad y pro­pensión para devenir delincuentes, en el sentido de "po­bre diablo", previa victimización. Una suerte de víctimas contra sí mismas que suelen transformarse en delincuentes por el denominador común del resentimiento.

Es posible que en el futuro la victimología establezca científicamente las leyes que dirigen los procesos de victimización social y los factores de ideologización que concluyen para que ello ocurra.



COMPARACION ENTRE LAS DIFERENTES CLASIFICACIONES DE VICTIMAS


1.- BENJAMIN MENDELSON

1  La Víctima Inocente o Víctima Ideal. Víctima Anónima que no ha hecho nada o nada ha aportado para desencadenar la situación criminal por la que se ve damnificada es totalmente ajena a la actividad criminal. (le arrebata el bolso, explosión)

1  La Víctima o por Ignorancia o de Culpabilidad Menor. Se da un cierto impulso no voluntario al delito, pero por cierto grado de culpa o por un acto poco reflexivo causa su victimación. (Hacer el amor en un parque, la atacan. Violan a la mujer y que matan al hombre.)

1  Víctima Voluntaria  (es tan culpable como el infractor)

ü  Los que juegan la ruleta Rusa
ü  Los suicidas por adhesión
ü  Eutanasia.
ü  La pareja criminal: Instigador (incubo)  instigado (súcubo)



1  Víctima más culpable que el infractor

ü  La víctima provocadora: incita al autor a cometer su delito (homicidios pasionales, celotipia.)
ü  La víctima imprudente: es la que determina el delito por falta de control. (deja el automóvil mal cerrado o con las llaves)

1  La víctima más culpable o únicamente culpable

ü  La víctima infractora: cometiendo la infracción, resulta siendo la víctima (Homicidio en legítima defensa)
ü  La víctima simulada: quien acusa y logra que la justicia  cometa un error.
ü  La víctima imaginaria: persona con trastornos de personalidad paranoide reivindicativa, de persecución, querellante, histérica, mitómano, demencia senil, los adolescentes (pseudología Fantástica)

GRUPOS DE VICTIMAS SEGÚN MENDELSON

1er. Grupo:
2do. Grupo:
3er. Grupo:
- La Víctima Inocente
- La Víctima Provocadora
- La Víctima Imprudente
- La Víctima Voluntaria
- La Víctima por Ignorancia.
- La Visita Agresiva
- La Víctima simuladora
- La Víctima Imaginaria.


2.- TIPOLOGIAS VICTIMALES SEGÚN HANS VON HENTING  

- Víctimas:
                        * Deprimidas              * Adquisitivas                        * Desenfrenadas y libertinas
                        * Solitarias                  * Atormentadas          * Bloqueadas 
                        * Luchadoras.

3.- TIPOLOGIAS VICTIMALES SEGUN LUIS JIMENEZ DE ASUA
1  Indiferentes o anónimas: “la bolsa o la vida”
1  Determinadas: crimen pasional mata a “su” mujer no a otra.
1  Resistentes: la legítima defensa
1  Coadyuvantes: Tiranicidio, homicidios, justicieros, homicidios pasionales, duelo, la riña, el suicidio, el rapto, los delitos sexuales, delitos contra la propiedad, la estafa.






4.- TIPOS DE VICTIMAS SEGÚN ABDEL EZZAT FATTAH

1  Victima Provocadora: incita  al delincuente a cometer el delito.

ü  Victima provocadora pasiva (provocación indirecta): por negligencia o imprudencia favorece o incita indirectamente al delincuente a cometer su delito: dejar las llaves en el carro con la puerta abierta, exponer la mercadería al alcance del público (supermercados).
ü  Victima provocadora activa: (provocación directa)

¯  Víctima Consciente: incita a la acción como agente provocador o promotor, instigados, rogante o solicitante: homicidio, menor en custodia que se “someten “para lograr algo”, mutilación para no ir al ejército o declararse incapacitado,  aborto solicitado.
¯  Víctima No consciente: lo provoca con sus reacciones conscientes o inconscientes.

·         La víctima  por legítima defensa: ha provocado con su agresión el ataque contra ella.
·         La Víctima Precipitaste: provoca el delito en su contra, recurriendo a la fuerza física o mostrando armas.
·         La Víctima que incita: por sus actos injustos o por sus insultos a cometer el delito”.

1  Victima Participante: puede ser activa o pasiva

ü  Tipo Pasivo: actitud favorable a la realización del delito.
·         Simple: desea que el acto sea cometido
·         Consentimiento: por  persuasión, por ignorancia (menores de  edad, retardados mentales)
·         Complicidad
·         Indiferencia: indolencia, apatía, letargo

ü  El Tipo Activo

¯  Víctima contribuyente
¯  Víctima cooperadora
¯  Víctima colaboradora
¯  Víctima Coadyuvante




5.- TIPOS DE VICTIMAS SEGÚN HILDA MARCHIORI

1  Víctima perteneciente al mismo grupo familiar del autor del delito: Maltrato infantil, homicidio por celos, alcoholismo. (Identificación emocional) incesto.
1  Víctima Conocida: vecinos, compañeros de trabajo
1  Víctima desconocida

6.- TIPOLOGIA VICTIMAL SEGÚN ELIAS NEUMAN

1   La Víctima Nata: “tener mala pata”
ü  Los Kennedy
ü  Cristo: nació para autorealizarce con su muerte (víctima coadyuvante)
ü  Sócrates: aceptó la necesidad de su muerte.

1  Víctimas a pesar de sí misma:
ü  Los sumergidos sociales: existe víctima a pesar de ellos con predisposición latente a convertirse en victimarios.
ü  Los sumergidos sociales
ü  Los desposeídos
ü  Los parias (asentamientos humanos)
ü  “pobre diablos”


7.- VICTIMAS EN LOS DELITOS SEXUALES

1  Víctima Propiciatoria: Ansiosa de ayuda, consciente, está de acuerdo. “Cuando  uno no quiere dos no pueden”, “Ceder negando: por parte de la mujer es una forma de la fuerza grata de que hablaron los romanos”, “Provoca e incita”.
1  El rapto consensual: La “víctima no sólo ejecuta  un acto de voluntad sino que debe tomar medidas para efectuarla.
1  El Adulterio
1  Menores de Edad. Incesto

8.- EL HOMBRE CONTRA SI MISMO SEGÚN KARL MENINGER

SUICIDIO
SUICIDIO CRONICO
SUICIDIO FOCAL
SUICIDIO ORGANICO
   El Deseo de Matar
   El Deseo de ser matado
   El deseo de Morir
   Ascetismo y Martirio: Mártires Psicóticos. Componentes:
   - Autopunitivo     - Agresivo
   - Erótico
   Invalidez Neurótica
    - Alcoholismo
    - Conducta antisocial
    - Psicosis
   Automutilaciones
   Simulación de Enfermedades
   Policirugía
   Accidentes intencionales
   Impotencia y Frigidez
   La afección orgánica es utilizada para fines de autocastigo.
                                  



VICTIMIZACIÓN DE MENORES


De acuerdo a la legislación vigente muchos actos se realizan con miras a la “Protección del Menor”

Sin embargo no existe distinción entre la ejecución de la sanción penal y la medida de seguridad, o si se prefiere, entre los menores transgresores de la ley penal y los “retenidos”. Es similar la Victimización cuando un juez condena a un menor como cuando, sin ser este autor de trasgresión alguna y por sentido protector, decide internarlo, muchas veces en el mismo reformatorio o albergue.

1.- LOS MEORES EN Y DE LA CALLE

Existe en todas las ciudades de Latinoamérica, cientos de miles de menores de la calle o en la calle que viven, deambulan o trabajan en ella. Son seres aparentemente frágiles que, por lo general, provienen de familias que no han podido acceder, o tienen muy serias dificultades de acceder, al desarrollo urbano industrial.

La violencia comienza en el estómago, sigue en la familia inexistente, disociada o agresiva, y por ello la falta de contención afectiva, moral, educativa, laboral, los maltratos y las carencias de todo orden que ello implica. Sin contar con que el maltrato puede llevar al desamparo total y al abandono, que en determinadas circunstancias constituye un delito.

Los menores que no han creado el mundo, vinieron a él cuando ya estaba hecho, al parecer no muy bien. Diría que llegaron marginados y, por ende victimizados. Insertados en el marco social y en el sistema económico y que con el crecimiento urbano e industrial vuelven a ser marginados y así seguirán después, en muchos casos, para siempre. Sus conductas asociales supondrán nuevas marginaciones en otros escenarios preparado para la ocasión por los controles criminalizadotes.

A estos menores se les ha denominado de diferentes formas: Menores en peligro, menores en situación de peligro, menores de la calle, menores en la calle, menores en situación de riesgo, abandonados material y moralmente, pirañas, etc.

En 1979, en Panamá se los definió descriptivamente como: la situación en que se encuentra un menor de edad por carecer de  representante u originado por una conducta abusiva de sus padres o de quien legalmente lo tenga bajo su responsabilidad, y que le ocasione perjuicio.

Estos menores se han constituido en esa suerte de materia prima de la industria delictiva, que es preciso madurar, marginándolos nuevamente en reformatorios, comisarías y cárceles de adultos.
 
2.- PANDILLAJE

La migración interna trajo consigo los denominados, conos urbanos, pueblos jóvenes, barriadas, asentamientos humanos, etc, que rodearon y envolvieron a las grandes ciudades.

La familia pierde, en estas grandes ciudades, el sentido que tenía. La mujer debe salir a trabajar para solventar, o ayudar a solventar, los gastos del hogar y deja librados a sus hijos a la suerte, compelida por las carencias de elementos esenciales para vivir.

A esa necesidad acuciante se suman los bajos sueldos, o trabajos escasos, el temor al desempleo, el hacinamiento son otros elementos conflictivos. El desempleo hace que el hombre se torne violento, irascible, se entregue a sustitutos aditivos como el alcohol, regañe y maltrate a su familia, mujer e hijos. Al desamparo y al desarraigo se suman la angustia de la soledad y depresión.

En estas ciudades o cerca de ellas, formando parte de ellas o atrapadas por ellas, está la enorme cantidad de niños y adolescentes, provenientes de familias pobres que encuentran las más frustrantes dificultades para su inserción social, educacional, laboral, siendo violentamente expulsados a una vida de ocio.

Trabajar es imposible por el desempleo, estudiar igualmente imposible por la falta de recursos económicos, sin embargo los medios de comunicación incitan al consumo, la violencia, la competencia, ante esta situación los menores tomarán rumbos difícilmente eludibles: soluciones aditivas y farmacológicas para calmar la angustia y tensión. Inhalarán Terokal, consumirán cerveza, alcohol de dudosa procedencia y otras drogas que estén a la mano.

Se forman las pandillas de jóvenes transgresores que incursionan en hechos delictivos y acometen violentamente contra la propiedad, como si fuera una revolución privada, propia.

El desempleo, el hambre, la miseria, implican Victimización, una forma de opresión pasiva que se les cae encima.

Estos menores proceden de hogares destruidos o inexistentes, madres prostitutas, padres alcohólicos, degradados en un principio a un papel inofensivo, los menores se acostumbran a las calles en la medida que van ganando amigos y perciben (o, acaso, recobran) un mundo afectivo al sentirse acreedores y deudores de ese afecto, en este mundo de distorsión comienzan a sentirse mejor en la calle que en sus casas desquiciadas; la deserción o la Huida de enormes padecimientos los ha llevado a una estrategia de sobrevivencia, la pandilla.
Estos menores trabajan y muchos se autoproclaman “Trabajadores de la calle”: lustran zapatos, limpian vidrios de los carros, llaman pasajeros, venden estampitas, caramelos, flores, agujas de coser, etc. Otros piden limosna y no pocas veces resultan victimizados por la vil explotación ejercida por sus padres, padrastros o algún aprovechado a quien obedecen por temor o afecto.

Se unirán mas tarde en correrías: pequeños hurtos de alimentos, carteras y al fin caerán presos.

3.- VICTIMIZACION INSTITUCIONALIZADA

“El Delincuente se gradúa en el Parque Universitario, hace su Maestría en Maranga y su Doctorado en Lurigancho”.  Dr. Moisés Ponce Malaver.

Los albergues, reformatorios, centros de readaptación, colonias, granjas, etc. A decir de Neuman deberían llamarse Deformatorios,  porque da la impresión de que se procura adiestrar o amaestrar al menor trasgresor.  Amaestrarlo y luego quebrarlo en su identidad, en el mínimo de autoestima que aún le queda, esto permite subrayar hasta la exacerbación su Victimización institucionalizada y su resentimiento social, en el aislamiento cobra sentido la rebelión que tría y “la beca de perfeccionamiento” que se le brinda.

No tratamos de crear reformatorios más modernos, sino de un nuevo concepto, sobre la base de reconocer que se incide sobre sectores sociales de gran carencia; se trata también de crear vínculos solidarios, mínima imputabilidad social y mayor corresponsabilidad comunitaria. En este orden de ideas la internación debe restringirse al mínimo.



.- VICTIMIZACION POLICIAL

Al  margen de las actitudes y formas de trabajo policial y las represiones violentas y abusivas que encara contra ciertos sospechosos de delitos, la policía cumple una función tan compleja con necesaria y útil en el entramado social. Su finalidad esencial, en teoría, es la de velar por la vida y seguridad de los ciudadanos, previniendo la comisión de delitos, cumpliendo de tal modo, con lo que la ley supone contener o dirigir.

Diariamente se sabe de su asistencia a personas en riesgo, salvando vidas, atendiendo partos, generalmente a personas pobres y sencillas, la acción social que realiza es múltiple y encomiable en la mediación de problemas familiares y vecinales; en los pueblos pequeños, el comisario suele ser el hombre de consulta de los más diversos problemas, claro que también hay comisarios que se sienten dueños y señorees de la vida y propiedades y proceden autoritariamente.

La policía siempre cumple órdenes, siempre se atiene a la ley pero cabría preguntarse si disciernen, en si ciego cumplimiento, el hecho de que ciertas personas no pueden prestar consentimiento al contrato social porque son perseguidos por sus ideas o por ser pobres de solemnidad o marginados sociales.

Sin entrar en detalles de las causas que la pueden desencadenar, la violencia policial desata una violencia mayor, a veces goza de impunidad en su accionar, protegida y amparada, en inflige serios daños a la sociedad.

Existe desconfianza en el actuar de los policías, se los acusa de corrupción de extorsionar a comerciantes, delincuentes, formar parte de bandas, etc. Es conocido los famosos “operativos” en donde se siembra algún tipo de droga con la finalidad de realizar una “buena investigación” y extorsionar al comerciante y obtener alimentos, dinero, bienes o simplemente “gasolina”.

La violencia que muchos policías descargan en su accionar frente a la delincuencia, es siempre una respuesta y nunca una provocación. Cualquier crítica a su institución la viven como un ataque a sus personas y la defenderán sin admitir prueba en contrario: “personalmente, no lo haría, pero en algunos casos unos golpes no viene mal, es necesario…”



2.- VICTIMA Y PROCESO PENAL

Con motivo del proceso penal, se ha desarrollado el concepto de segunda victimización; esto es, en el sentido de que es este proceso de definición el que determina circunstancias que vienen a caracterizar los elementos de desamparo e inseguridad propios del concepto de víctima. En efectos, el hecho de que fundamentalmente la víctima del delito no tenga información sobre sus derechos, de que no reciba la atención jurídica correspondiente, de que sea completamente mediatizada en su problema y de que más aún, en muchos casos (violaciones o agresiones sexuales en general, violencia familiar, etc.) reciba un tratamiento que le significa ahondar la afectación personal sufrida con el delito, implica que los operadores de justicia le determinan sus condiciones de desamparo e inseguridad, con lo cual se reafirma su etiqueta de víctima.

Más aún, en relación con los operadores de justicia no sólo hay que considerar a la víctima del delito, sino también a otros sujetos a los cuales también se les asignan estas características  de desamparo e inseguridad y que por ello mismo pasan a ser igualmente víctimas. Es el caso en general de los testigos en el proceso, que a menudo sufren una serie de vejaciones y carecen de información sobre sus derechos y de asesoramiento jurídico. Y aún el propio delincuente y sus familiares, en la medida en pasan a ser un simple objeto, un número o título de un expediente y, por tanto, carentes de toda consideración de persona, con lo cual quedan en total desamparo e inseguridad.

Así, pues, la consideración de la víctima en relación con el proceso penal presenta una gran complejidad y se podría distinguir entre medidas destinadas a una mayor protección de la víctima, que implican sólo una reforma del proceso, y aquellas que van dirigidas a una nueva concepción alternativa al proceso penal, sobre base de un modelo interactivo víctima - autor.



3.- VICTIMOLOGIA Y SEGURIDAD CIUDADANA

La Victimología ha tomado gran importancia en su relación con la seguridad ciudadana, tema que en la actualidad resulta fundamental en la perspectiva de la intervención del estado para la protección de los derechos de las personas.

Si por principio, no es posible la eliminación de la cuestión criminal, ya que ella aparece como objeto de definición desde las propias formas de control institucionalizado, es evidente la necesidad de preocuparse por la víctima, con el fin justamente de disminuir al máximo los procesos de Victimización, por los cuales también aparecen determinados en gran medida por las formas de control institucionalizado. De ahí  que se pueda distinguir entre Victimización primaria, secundaria y terciaria.

La Victimización primaria, como ya hemos dicho, es aquella que hace referencia con la realización del hecho delictivo y, por tanto, con la asignación a un hecho de los caracteres delictivos conforme a la institución de control penal; La secundaria en virtud del desamparo que se produce en el contacto con los operadores del sistema penal, y la terciaria en el desamparo de la asistencia social que se produce en el reencuentro con sus grupos de relación y organismos generales de ayuda pública. Analizaremos algunas situaciones:

Por una parte tenemos la llamada “inseguridad objetiva”, esto es la definición de víctima como sujeto pasivo directo del hecho delictivo: Pero también se da la “inseguridad subjetiva”, es decir, la definición de víctima que se produce por la intersección de los controles informales en relación con el control formal de carácter penal. Los medios de comunicación, el entorno social y las trasmisiones orales de las víctimas directas, llevan a que un gran número de personas se sientan victimizadas, esto es, con la misma sensación de desamparo y desvalimiento que las víctimas directas. Ambos procesos, tanto el de Victimización directa u objetiva con el de Victimización indirecta o subjetiva, son procesos reales que influyen evidentemente en la seguridad ciudadana y que, por tanto, deben ser considerados por los organismos estatales. Los procesos de Victimización directa u objetiva platean  diferentes requerimientos para evita un aumento de la sensación de desamparo o desvalimiento de la víctima:

1  Una atención pronta de sus necesidades, de ahí que hayan surgido Servicios de Atención a la Victima (Emergencia Mujer) con objeto de que esta tenga de inmediato una primera atención jurídica, médica, psicológica y social asistencial y que al mismo tiempo le informen y den acceso a los servicios especializados en cada caso.
1  Un servicio de información sobre las precauciones que llegado el caso haya que tomar para evitar convertirse en víctima de delito.
1  Una consideración de los altos riegos objetivos de Victimización, con objeto de acentuar la información sobre medidas de precaución en tales casos y al mismo tiempo aumentar las medidas de protección.
1  Una consideración de las actividades de altos riegos. Es un tema complejo, ¿el estado debería asumir la protección de bancos por ejemplo?
1  Una mejor organización especializada de la policía y su formación sobre la base del respeto de las libertades y derechos fundamentales de los ciudadanos.

En cuanto a los procesos de Victimización indirecta o subjetiva, que llevan a la llamada inseguridad subjetiva, los requerimientos-algunos de los cuales coinciden con los anteriores- apuntan a lo siguiente:

1  Necesidad de un apoyo especializado, que solo puede darse por conducto de los servicio de Apoyo a las víctimas.
1  Reestructuración de la policía y de la administración de justicia en relación con el trato a la víctima.
1  Desarrollo de políticas de comunicación de masas, con el objeto de evitar la magnificación de la sensación de desamparo de la víctima y de la ciudadanía en general.

4.- VICTIMA Y OTROS PROFESIONALES DEL SISTEMA: MEDICINA LEGAL

La víctima no sólo sufre una vía crucis al asistir al sistema judicial, sino también cuando acude a las oficinas de medicina legal:

1  Debe realizar un pago por su Reconocimiento Médico Legal, el cual está señalado en Texto Único de Procedimientos Administrativos.(T.U.P.A.)  del Ministerio Público.
1  Debe formar colas y esperar la atención, debido a la escasez de profesionales en  Medicina Legal, el Ministerio Público no cuenta con los recursos necesarios para contratar nuevos profesionales.
1  Desconocimiento por parte de la víctima para que se le envía a Medicina Legal, la entidad que solicita el Reconocimiento Médico Legal no le explica el porque de la necesidad de dicho reconocimiento.
1  Desconocimiento de la Técnica de Reconocimiento Médico Legal, por diversos motivos se contrata profesionales no especialistas que van a trabajar en Medicina sin ser Médicos Legistas de carrera.
1  No contar con los medios económicos necesarios para realizarse el examen auxiliar solicitado por un Médico Legista.





BIBLIOGRAFÍA BASICA

  1. BUSTOS R, J. & LARRAURI, E: VICTIMOLOGIA: Presente y Futuro. Edit. Temis. Bogotá 1993
  2. MENNINGER, K. A: El hombre contra sí mismo: LOSADA : Bs As  1952
  3. NEUMAN, E: Victimología: El rol de la Víctima en los delitos convencionales y no convencionales. Edit. Universidad.  Edic. Bs. As. 1994
  4. NEUMAN, E: VICTIMOLOGIA Y CONTROL SOCIAL.  Edit. Universidad. Bs. As. 1994
  5. NEUMAN, E.: Victimología y Control Social. Edit. Universidad. Bs.As. 1994
  6. RODRÍGUEZ MANZANERA, L.: Victimología: Estudio de la Víctima. Edit Porrúa. México. 1998





No hay comentarios:

Publicar un comentario